Recientemente, el Papa Francisco ha realizado un viaje apostólico por América Latina, visitando Ecuador, Bolivia y Paraguay, del 5 al 13 de julio. En dicho viaje tuvo un encuentro con el mundo de la enseñanza en la Pontificia Universidad Católica de Ecuador, en Quito, el martes 7 de julio. En este encuentro, el Papa pronunció un discurso interesante, al que corresponde el vídeo que inicia esta entrada, que me parece muy apropiado de cara al valor de la educación y a la necesaria interrelación que debe haber entre los distintos protagonistas de la misma. La transcripción completa de las palabras del Papa se puede consultar en el siguiente enlace:
Aunque el discurso tenía como destinatario al ámbito universitario católico, creo que, de su contenido, se pueden entresacar algunos mensajes que se pueden aplicar a la Educación, en general. Con este fin, pongo a continuación los diez párrafos que me parecen más adecuados para nuestro ámbito educativo...
"Jesús, el Maestro, enseñaba a la muchedumbre y al pequeño grupo de los discípulos, acomodándose a su capacidad de comprensión. Lo hacía con parábolas,... De una forma que todos podían entender. Jesús, no buscaba, «doctorear». Por el contrario, quiere llegar al corazón del hombre, a su inteligencia, a su vida y para que ésta dé fruto".
"No nos es lícito ignorar lo que está sucediendo a nuestro alrededor como si determinadas situaciones no existiesen o no tuvieran nada que ver con nuestra realidad. No nos es lícito, más aún no es humano entrar en el juego de la cultura del descarte".
"Nuestros centros educativos son un semillero, una posibilidad, tierra fértil para cuidar, estimular y proteger. Tierra fértil sedienta de vida".
"Ustedes educadores: ¿Velan por sus alumnos, ayudándolos a desarrollar un espíritu crítico, un espíritu libre, capaz de cuidar el mundo de hoy? ¿Un espíritu que sea capaz de buscar nuevas respuestas a los múltiples desafíos que la sociedad hoy plantea a la humanidad? ¿Son capaces de estimularlos a no desentenderse de la realidad que los circunda, no desentenderse de lo que pasa alrededor? ¿Son capaces de estimularlos a eso? Para eso hay que sacarlos del aula, su mente tiene que salir del aula, su corazón tiene que salir del aula".
"¿Cómo entra en... las distintas áreas del quehacer educativo, la vida que nos rodea, con sus preguntas, sus interrogantes, sus cuestionamientos? ¿Cómo generamos y acompañamos el debate constructor, que nace del diálogo en pos de un mundo más humano? El diálogo, esa palabra puente, esa palabra que crea puentes".
"Y hay una reflexión que nos involucra a todos, a las familias, a los centros educativos, a los docentes: ¿cómo ayudamos a nuestros jóvenes a no identificar un grado universitario como sinónimo de mayor status, sinónimo de mayor dinero o prestigio social? No son sinónimos. Cómo ayudamos a identificar esta preparación como signo de mayor responsabilidad frente a los problemas de hoy en día, frente al cuidado del más pobre, frente al cuidado del ambiente".
"Y ustedes, queridos jóvenes..., que son semilla de transformación de esta sociedad,...: ¿saben que este tiempo de estudio, no es sólo un derecho, sino también un privilegio que ustedes tienen? ¿Cuántos amigos, conocidos o desconocidos, quisieran tener un espacio en esta casa y por distintas circunstancias no lo han tenido? ¿En qué medida nuestro estudio, nos ayuda y nos lleva a solidarizarnos con ellos?...".
"Las comunidades educativas tienen un papel fundamental... en la construcción de la ciudadanía y de la cultura. Cuidado, no basta con realizar análisis, descripciones de la realidad; es necesario generar los ámbitos, espacios de verdadera búsqueda, debates que generen alternativas a las problemática existentes, sobre todo hoy. Que es necesario ir a lo concreto".
"...pensar sobre qué cultura, qué tipo de cultura queremos o pretendemos no solo para nosotros, sino para nuestros hijos y nuestros nietos".
"...animarnos a mirar la realidad orgánicamente y no fragmentariamente; a hacernos preguntas que nos incluyen a todos, ya que todo «está relacionado entre sí». No hay derecho a la exclusión".
Sin duda, estos 10 momentos del discurso, nos invitan a pensar y repensar la labor de toda la comunidad educativa (padres, alumnos y educadores), inserta en una sociedad y con una realidad que pide ser mejorada, buscando el bien de todos y cada uno de sus miembros, desde el desarrollo de sus capacidades, para, desde ellas, colaborar en la construcción de un mundo mejor, evitando el descarte y la exclusión.
Bellas palabras del Papa Francisco, cargadas de verdad y de amor por la Educación que merecen ser tenidas en cuenta, reflexionadas con detenimiento y llevadas a la práctica teniendo presente el contexto y los destinatarios con los que la labor educativa debe trabajar. Todo un apasionante reto en el que la Educación se juega su ser y su valor como servicio público a las familias y los individuos para crear sociedades justas, libres y felices.
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