El proyecto se hizo, por fin, realidad. Del 24 al 28 de junio realizamos el anhelado viaje a la llamada "ciudad eterna": Roma. 40 alumnos de Bachillerato (36 de 1º y 4 de 2º; 30 chicas y 10 chicos) y 3 profesores pasamos 5 días estupendos en la cuna de nuestra civilización. Fueron 5 días de pasar calor y de un fatigoso recorrer Roma, de norte a sur y de este a oeste, que todo hay que decirlo, pero, a pesar de ello, muy contentos de todos los rincones descubiertos, de todas las maravillas encontradas y de todas las experiencias vividas, pues todos los participantes, creo poder decir sin equivocarme mucho, salimos enriquecidos durante este hermoso viaje de cultura y convivencia.
Empezamos por el Vaticano, la Plaza de San Pedro, su Basílica, la subida a la Cúpula y sus impresionantes museos... ¡Parecía que la Capilla Sixtina no iba a llegar nunca! Pero, Roma tenía aún mucho que ofrecernos... Paseamos por el Monumento al héroe de la patria italiana, Vitorio Emanuelle; recorrimos el Foro romano, el Palatino, y entramos en el inmenso Coliseo; anduvimos por las principales calles y plazas romanas (Navonna, Trevi, Poppolo, Spagna,...) y visitamos los museos capitolinos, el Ara Pacis y las principales Basílicas (además de San Pedro, San Juan de Letrán y Santa María la Mayor; aunque nos faltó San Pablo Extramuros), templos y lugares sagrados (la Scala Santa, San Pietro in Vincolli, Santa María sopra Minerva, el Panteón, el Gesú,...), y pudimos conocer, de primera mano, cómo era la vida de los cristianos perseguidos en la visita a las Catacumbas de San Calixto, a las afueras de Roma, al sur de la ciudad, en la Vía Appia Antiqua.
Roma encierra una gran riqueza histórica, artística, cultural y religiosa y siempre se queda uno con la sensación de no haberlo visto todo (cosa que es muy cierta), por lo que, en la partida, queda la esperanza de volver en el futuro para terminar de ver lo que queda y revivir las buenas sensaciones experimentadas. Para ello, hay que repetir el protocolo en la Fontana di Trevi (aunque está semitapada por las reformas) y tirar una moneda por encima del hombro izquierdo de espaldas hacia la fuente, para tener más probabilidades de volver.
Y ¿qué decir de nuestros alumnos y alumnas? Un lujo de gente. Ha sido un grupo de jóvenes que ha sabido estar a la altura de lo que de ellos se esperaba y que han colaborado, en general, en todo momento para que el viaje haya sido una experiencia inolvidable para todos. Los profesores que les acompañamos así lo hemos valorado y estamos muy contentos con su comportamiento. Sus padres pueden estar orgullosos de todos ellos.
Por mi parte, sólo me resta agradecer a las familias la confianza puesta en el Centro por confiarnos a sus hijos en este estupendo viaje, a los alumnos por su buen comportamiento, al Centro por la confianza puesta en un servidor para realizar este viaje, y, muy especialmente, a mis compañeros, Alberto y Ana, pues sin su participación el viaje habría sido más difícil.
Y para terminar, como viene siendo habitual, os dejo el reportaje gráfico con las mejores fotos que fui haciendo durante los 5 estupendos días que duró la actividad. Espero que os gusten.
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