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viernes, 7 de octubre de 2011

De ateos a creyentes

A veces ocurre que personas de buena voluntad, que se definen como ateas, reconocen los beneficios que aporta la Iglesia, sin dejar por ello de ser ateas (ver este enlace de una entrada anterior). Lo más impactante son los casos de personas con cierto nivel cultural, que se han definido como ateas en un momento de su vida y que, tras una determinada experiencia, han terminado por convertirse en creyentes.

Esto es lo que nos cuenta el libro del que hago hoy referencia. Se titula "10 ateos cambian de autobús", escrito por el filósofo español José Ramón Ayllón y editado en ediciones Palabra. El libro tiene ya un par de años y salió tras la polémica por los autobuses que, en Barcelona y Madrid, portaban mensajes de publicidad con la frase: "Probablemente Dios no existe". Aprovechando dicha polémica, el autor nos cuenta de forma sencilla y amena el trayecto contrario que hicieron diez personajes famosos que pasaron del ateísmo al cristianismo.

Así, es el caso de ateos y agnósticos como Chesterton y Dostoievski, Sábato y Francis Collins, Tatiana Goricheva y C. S. Lewis, André Frossard y Edith Stein, Messori y Narciso Yepes, hasta que pasaron de esa opinión a la seguridad de la existencia de Dios. Ese misterioso salto no lo dieron en medio de una vida fácil, sino en las circunstancias dramáticas de quienes han sufrido en sus carnes la persecución, la cárcel o una guerra. Ellos mismos, escritores notables, nos cuentan como fue su cambio de vida y "de autobús".

El libro comienza de esta manera: “Los ateos piensan que Dios no existe. Los agnósticos dicen que Dios no habla. Los creyentes creen que Dios no calla. A veces, sin embargo, quienes le niegan o ignoran empiezan a escucharle en el inmenso lenguaje de las galaxias, en el elegantísimo idioma de la genética, en los números increíbles de la física atómica, en la lengua inefable del amor y también en el significado desconcertante del dolor”.

En resumen, es un libro muy recomendable, fácil de leer y de entender, que puede comentarse en clase tras la lectura de alguno de los testimonios presentados, pues, en general, no son muy extensos. En una época en que nuestros alumnos perciben que cada vez hay menos creyentes, puede ser interesante traer a colación el caso de hombres y mujeres, expertos en otros campos del saber, que quedaron fascinados por su encuentro con la religión y dieron el salto a la fe.

Para leer más sobre el libro, se puede consultar este enlace.

Y para saber más sobre el autor, se puede visitar su web personal.

2 comentarios:

  1. El libro parece interesante, voy a ver si lo consigo por aquí. Por cierto, cuando veía lo de los autobuses ateos siempre pensé que el planteamiento era simplicista: Dios no existe, disfruta( no te compliques con temas como la solidaridad, el compromiso por la justicia social, el amor fraterno). Le hice esta reflexión a una amiga atea, y después de un breve silencio me dio la razón,...

    Lo importante en un mundo tan plural como el nuestro es defender entre todos el inmenso valor de la dignidad humana

    Marcelo

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  2. ¡Bienvenido, Marcelo, una vez más, a este tu/nuestro blog!

    La verdad es que el libro me parece muy interesante. Lo compre hará cosa de año y medio y, sinceramente, me llenó de esperanza. A pesar de las circunstancias, muchas veces adversas, te das cuenta, desde la fe, que Dios sigue actuando a través de toda persona de buena voluntad, utilizando sus capacidades, para seguir revelando su mensaje de amor y mostrarnos todo el camino que aún nos queda por recorrer.

    Estoy contigo en la reducción simplista de la publicidad atea de hace un par de años en los autobuses. Lo reducido del espacio, no les daba para más y no tuvo mayor repercusión.

    Con tu última afirmación no puedo estar más de acuerdo. Seamos ateos, agnósticos o creyentes, si queremos construir un mundo más humano para todos tenemos que empezar por dar valor a la vida de todos y cada uno de los individuos de la raza humana.

    Un fraterno abrazo de Paz y de Bien.

    José Manuel

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