Hoy he recibido, vía twitter, la referencia de este vídeo y tengo que reconocer que me ha gustado. Se trata del videoclip del tema musical "Mírate", del cantante venezolano Aldrey, que está asentando su carrera artística como cantante solista, tras tres coros de iglesia, dos bandas de rock y un orfeón universitario y empezar los estudios de ingeniería electrónica. Para saber más sobre este cantante y su música se puede visitar su página oficial.
Lo que más me ha llamado la atención del vídeo, ha sido su mensaje, hábilmente entrelazado entre la letra de la canción y las imágenes de diversas mujeres y niñas acercándose a un espejo. Se está denunciando la "esclavitud" a la que se ven sometidas muchas jóvenes, que no se aceptan y se ven atrapadas por la preocupación de mantener una imagen bella, según los cánones de una sociedad que da más importancia a la belleza exterior que a la interior, intentando silenciar esta última.
Y, a la vez, también es una invitación a salir de ese círculo de opresión mirándose "de verdad", es decir, hacia el interior. Somos más que una imagen en un reflejo del espejo, Podemos ver, oir, gustar, oler, tocar, pensar, hablar, amar y sentir como late nuestro corazón ante los que nos aman. Cada uno, somos seres únicos, con nuestros anhelos e ilusiones, con nuestras luces y nuestras sombras, con nuestras virtudes y nuestros defectos,... Y eso es lo que nos hace ser lo que somos: seres humanos. No somos perfectos. Si lo fueramos, no seríamos seres humanos. A pesar de nuestras imperfecciones, de nuestras heridas y cicatrices, somos valiosos porque tenemos una vida que merece la pena ser vivida en plenitud, pues nadie más que uno podrá vivirla. Y también tenemos valor porque la vida merece la pena vivirla en sociedad. Compartir la vida, ayudándonos y enriqueciéndonos unos a otros, desde dentro, desde lo que somos en verdad, es lo que hace que una persona sea realmente valiosa y perfecta para los demás.
Por tanto, la canción es una invitación a saber valorarse, a tener una alta autoestima, pues así podremos gozar de una alegría interior que nos impulse a compartirla con los que nos rodean y vivir feliz y hacer felices a los demás. Y, para ello, hay un apunte en el vídeoclip que no pasa desapercibido... ¿Quén se acerca al espejo sin prejuicios, sin miedo a lo que descubrirá? Las niñas. En efecto, quien es aún puro de los convencionalismos sociales, porque no ha sufrido todavía esa opresión, son los más jóvenes, quienes aceptan con alegría sincera lo que ven en el espejo. Así, también se nos está invitando a recuperar esa inocencia perdida para aceptar y alegrarnos con lo que somos, con lo que realmente somos, tanto exterior como, y sobre todo, interiormente.
Finalmente, y desde la fe, me resuenan aquellas palabras pronunciadas por Jesús de Nazaret: "Dejad que los niños se acerquen a mí, pues de los que son como ellos es el Reino de los cielos"... Sobran más palabras.
Excelente entrada, muy buen recurso este vídeo para trabajarlo en clase. Este tema de la auto-valoración y, en el fondo, de la autoestima, siempre me ha parecido super importante para el crecimiento personal, especial en esa etapa tan difícil y decisiva de la adolescencia. Hace un tiempo escribí en mi Blog sobre cómo la Clase de Religión promueve la autoestima de los chicos, aquí te lo comparto porque complementa tu interesante reflexión. Un abrazo, amigo
ResponderEliminarhttp://librosyvideoscristianos.blogspot.com.es/2012/04/10-formas-en-que-la-clase-de-religion.html
¡Querido Marcelo! Paz y Bien.
EliminarMuchas gracias, una vez más, por tus palabras, y por tu aportación, que, como siempre, da en el clavo y es esclarecedora sobre la aportación de la clase de Religión a la autoestima de nuestros alumnos. Me llama la atención que coincidimos bastante en nuestros planteamientos, aunque tu lo expresas mucho mejor que yo.
La clase de Religión, además de impartir conocimientos, puede ser un medio muy adecuado para ayudar a los alumnos a saber valorarse y potenciar su autoestima, si se ven queridos y valorados como las personas que son.
Un abrazo fraterno.
José Manuel