¡Cristo ha resucitado! ¡Aleluya! Esta es la gran noticia que hoy la Iglesia celebra en todo el mundo. Hoy es el día más importante de todo el año cristiano, pues tal día como hoy, en el domingo de la pascua judía, Cristo resucitó. El mismo que fue torturado y que murió crucificado, Dios le ha dado la gloria de la vida eterna. En Jesucristo, Dios Padre renueva la Creación con la Resurrección. Aquel que era el Camino, la Verdad y la Vida, sobre todo para los últimos de la sociedad, no podía terminar en las garras de la muerte. Dios estaba de su lado y, tras una vida de desvivirse por los demás, por amor, Dios le resucitó, inaugurando la vida eterna con Él, como nueva alianza y promesa para el resto de la humanidad.
Con la resurrección de Cristo, Dios da la respuesta definitiva que necesitaban los corazones atribulados de los discípulos de Jesús y la gran fe de María, su madre. No hay nada que temer, pues la muerte no tiene la última palabra. Es nada más que el paso necesario para llegar a la vida plena y definitiva, la VIDA, con mayúsculas. Si la pascua judía celebraba el paso de la esclavitud a la libertad; con la resurrección de Cristo, la pascua cristiana va a celebrar, desde entonces, el paso de la muerte a la vida. Un paso que Dios ha abierto, con Jesús, para todo aquel que quiera vivir el amor en plenitud. Dios ha dado su sí definitivo al modo de actuar de Jesús y, con ello, da al ser humano la respuesta que ansía su corazón: el amor fraterno y desinteresado es la clave de la felicidad que todos buscamos. Y, además, Dios nos ha dado el modelo a seguir: su propio Hijo, Jesucristo.
Este es el mensaje que la Iglesia ha transmitido desde entonces. De hecho, si hoy la Iglesia sigue su andadura, si hoy el cristianismo sigue existiendo como religión, es por el hecho, que para los apóstoles se hizo evidente, de la Resurrección de Jesús. Sin este acontecimiento crucial, el movimiento que nació con Jesús hubiera muerto también con la cruz. Fue la noticia del sepulcro vacío, en primer lugar, y las apariciones de Cristo resucitado, después, junto con la ayuda del Espíritu Santo en Pentecostés, lo que hizo renacer con fuerza la fe, la esperanza y el amor en aquellos hombres y mujeres sencillos que empezaron a proclamar por todo el mundo conocido que el camino que salva al hombre, que le ayuda a ser feliz, es el camino del resucitado, el camino de Jesús de Nazaret.
Tras dos milenios, la Iglesia sigue transmitiendo el mensaje y la experiencia que recibió de los propios apóstoles, a veces con errores, pero siempre con la idea de compartir, con todo ser humano, el tesoro que le ha sido legado: ¡Cristo vive! ¡Cristo ha resucitado!
Para finalizar esta entrada, como he hecho eh las anteriores, en esta serie dedicada a la Semana Santa, os dejo un vídeo reflexión sobre este día. Está hecho por el equipo "Quiero ver" y plantea, con una curiosa historia entre una hormiga y un elefante, lo importante que es prestar atención a los signos que nos rodean, pues de ellos se pueden sacar importantes enseñanzas, como ocurre con el texto del evangelio de este día de Domingo de Resurrección (Jn 20, 1-9).
En este mismo blog, hace casi un año, hicimos una entrada sobre el momento de la Resurrección de Cristo, plasmado en un gran mural por un artista americano. Dicha entrada se puede consultar en el siguiente enlace:
¡Hola Tamara! Paz y Bien.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu visita y por considerar que nuestro trabajo, a través del blog, es merecedor de reconocimiento.
Un fuerte abrazo.
José Manuel
¿Quién pinta de azul el universo ?
ResponderEliminar-Dios
¿Quién con su paciencia nos abraza?
-Mama
¿Quién elige a quien de compañero?
-Yo
Noelia Navarrete y Esmeralda Regueiro . 2ºA