Podría parecer extraño que, desde el ámbito de la Religión, se puedan dar consejos para cuidar el medioambiente y, sin embargo, es lo que ha hecho el Papa Francisco en su última encíclica "Laudato sii", en la que hace una invitación general a tener una conciencia ecológica, a preocuparnos por cuidar y mantener la "casa" ("oikos" = "casa", en griego) que hemos recibido en herencia, fruto en última instancia de la creación de Dios.
Como se puede ver en la infografía que inicia esta entrada, son 10 consejos sencillos que todos podemos llevar a cabo para intentar contaminar menos el ecosistema y dar algo de respiro a este planeta. Parece una tontería, pero, si a nivel local, todos empezásemos a incluir en nuestros hábitos de vida estas actividades, a medio y largo plazo, no sólo estaríamos más contentos con nosotros mismos, sino que ayudaríamos a preservar y mantener más limpio el castigado mundo en el que vivimos.
Podría pensarse también, de modo egoísta, en ayudar a mantener más limpio el planeta para mantener la supervivencia de la especie, pues si nos cargamos la Tierra, obviamente, estaríamos "tirando piedras sobre nuestro propio tejado", poniendo fecha límite a nuestra existencia.
Desde la fe, solemos decir que el ser humano, desde el Génesis, recibió el encargo de Dios de completar su creación, entrando en relación con ella, haciéndola producir y cuidándola. Durante mucho tiempo, hemos esquilmado sus recursos como si fueran ilimitados. Va siendo hora de que eso vaya cambiando, para que actuemos como co-creadores y llevemos la obra de Dios a su culminación, con la ayuda de su Espíritu y con una actitud agradecida por todos los dones que Él nos ha dado, empezando por la casa en la que podemos desarrollar nuestra vida, que también es la suya.
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