Este curso, como el anterior, he tenido la suerte de poder hacer dos veces el Camino de Santiago... La primera durante el curso, antes de Semana Santa, con alumnos y profesores de tres Institutos, que fue una magnífica experiencia para todos, y la segunda hace pocos días, con profesores y amigos, que también fue un Camino muy beneficioso.
En ambas ocasiones, tuvimos la gran suerte de poder admirar el espectáculo del Botafumeiro: un incensario de grandes proporciones que, al final de la misa del peregrino, es elevado para que, con movimiento pendular, recorra todo el crucero de la Catedral de Santiago esparciendo el incienso. Esta tradición, que antiguamente tenía la función de enmascarar el mal olor de los peregrinos, que llegaban a la Catedral sin poderse duchar ni lavar, en la actualidad ha quedado como un bello y singular acto litúrgico que, en las celebraciones solemnes, atrae a mucho público.
En la primera ocasión, al estar sentados en los bancos del crucero, pudimos grabar el vídeo que os pongo a continuación, con el que compartimos con todos una de las perlas del Camino de Santiago: el Botafumeiro.
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