A menudo sucede que nos dejamos fascinar por todo lo externo a nosotros y nos esforzamos en estudiarlo, conocerlo, utilizarlo en nuestro beneficio,... sin darnos cuenta que descuidamos muchas veces nuestro interior, conocerlo, sentirlo, educarlo, cuidarlo,... Conocer la naturaleza es bueno y necesario, pero debe hacerse a la par que conocemos y cuidamos nuestra dimensión interior y espiritual, porque según como crezcamos interiormente, así actuaremos hacia afuera. Si no maduramos interiormente, si no cuidamos nuestro espíritu, nuestras acciones serán egoístas, centradas en nosotros mismos, pero si crecemos interiormente desde el amor, si ponemos el corazón en todo lo que hacemos, haremos buenas acciones, buscando siempre el bien común y creceremos como personas felices, haciendo felices también a las que nos rodean.
No hay comentarios:
Publicar un comentario